En 2016, la oficina ecuatoriana Al Borde diseñó el pabellón de Alemania en Hábitat III, la conferencia mundial de la ONU sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible. El proyecto permitía que, una vez finalizado el evento, los materiales pudieran ser reutilizados para alguna iniciativa social. Esta idea llamó la atención de la institución habitacional mexicana Infonavit, la cual invitó a Al Borde a repetir el ejercicio con su propio pabellón.
Así nació el Comedor de Guadurnal (Ecuador), un proyecto social para una de las comunidades costeras que resultaron gravemente dañadas tras el terremoto de magnitud 7,8 en 2016. "Preguntamos a nuestra red de contactos quién estaba trabajando con una comunidad organizada y que dentro de su planificación le vendría bien un proyecto de equipamiento comunitario", explican los autores sobre el origen de la alianza con Taller General, oficina que venía trabajando con la comunidad de Guadurnal y la Escuela 6 de Mayo en su proceso de reconstrucción.
Tras realizar talleres de diseño participativo y la posterior construcción del comedor, la comunidad gestionó recursos para una serie de adaptaciones, incluyendo una capa de pintura. Sin embargo, el presupuesto no alcanzó a cubrir este último ítem. En conversación vía email con ArchDaily en Español, David Barragán explica:
Cuando el proyecto da este último giro, se nos ocurrió aprovecharlo a favor: una obra que, sin acabarse, ya se ha convertido en el ícono del lugar, debe potenciar esa condición y llevar ese simbolismo al máximo.
Así, Al Borde y Taller General han emprendido la misión de recaudar fondos no solo para pintar el proyecto, sino para convertir esto en una convocatoria pública para escoger al artista que realizará el mural, siguiendo los parámetros "que han guiado el diseño y construcción participativa del proyecto", explican los autores.
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